Sigo con mucho interés el ciclo de debates "
Gutenberg tras la red" organizado por
Fnac Triangle (enorme empresa de tiendas española dedicada a la venta de ocio cultural) que se ha estado realizando en Barcelona durante el 21 al 24 de enero. En este encuentro, dedicado a analizar el impacto de la tecnología digital, y especialmente de Internet con su web 2.0 (se nos vienen los e-books), sobre el mundo de la cultura escrita y el negocio de los libros, han participado representantes de varias editoriales, representantes de Google Books Research en España, libreros, científicos, bloggers y escritores.
Me llama la atención el escasísimo interés que despierta en Chile un tema tan trascendente y fundamental para el mundo de la cultura y que representa una verdadera revolución en la forma y contenido en que transmitiremos la palabra escrita en el futuro cercano.
La convocatoria al encuentro era presentada de la siguiente manera "
Tras la música y el cine, parece que ahora le toca al libro. La presentación, el pasado mes de noviembre, de Kindle, la versión de libro electrónico de Amazon, la todopoderosa librería online, es el capítulo más reciente de un proceso en marcha y a todas luces imparable: la transformación digital de la esfera del libro y del sector editorial." Es cierto que existen otros aparatos de lectura digital en el mercado, incluso más convenientes, pero Kindle, por su precio, la utilización de la llamada tinta digital que no requiere de retroiluminación, y por el respaldo de Amazon, que puede proveer en estos momentos más de 90.000 títulos a bajar de la red, es el prototipo más representativo de lo que viene.
¿Va a desaparecer el libro como lo conocemos en la actualidad? Esta pregunta se viene escuchando desde hace un buen tiempo, recuerden la polémica que se armó a fines del 2006 con los artículos
referentes al tema de John Updike y la contestación de
Enrique Vila-Matas en El País. Creo que la respuesta es bastante compleja, por la enorme cantidad de factores involucrados que se pueden debatir, pero es indudable que el libro tal cual como lo conocemos hoy, con su mecánica de producción, edición, distribución y lectura deberá enfrentar una enorme modificación. ¿Conoce Ud. a algún amigo menor de 35 años, conocedor de internet, que haya comprado alguna versión en papel de cualquier Enciclopedia, Diccionario, Libro de referencias, o de viajes en el último año? ¿Sabía Ud. que la Biblioteca Británica ya no viene en papel, sino en DVD, con toda la riqueza que la digitalización permite como imágenes, referencias, películas, anexos, posibilidades de actualización, tal como la Enciclopedia Encarta que tanto nos deslumbró hace algún tiempo? ¿Sabía Ud. que no es necesario comprar un libro de 20 capítulos con 1500 páginas, si a Ud. le interesan solamente los 10 primeros capitulos y son esos solamente los que quiere comprar? ¿Conoce Ud.
Wikipedia? y ya que el tema nos interesa ¿Conoció el proyecto
Wikinovela? ¿Cuál es la razón por la cual la Universidad de Harvard, una de las más prestigiosas del mundo, haya permitido que Google
digitalize sus bibliotecas? En fin creo que son innumerables los ejemplos que fácilmente se pueden encontrar en los medios y en la red para darse cuenta que el cambio ya se está produciendo, y con fuerza.
¿Van a desaparecer las librerías? En España han
cerrado centenares de librerias durante los últimos años y en Chile ha sucedido lo mismo. Los canales de producción atiborran de libros a las librerías y estas no son capaces de mantener en oferta más allá de un corto tiempo lo que les llega. La aparición de la impresión por pedido acarrea tal cantidad de beneficios de tipo práctico en terminos de bodegaje, distribución, archivo y presentación, que necesariamente las librerías deberan prontamente abrir al mundo sus bodegas digitales. Un libro de un autor desconocido o principiante ni siquiera puede ingresar a estos medios de distribución y al no estar en vitrina, y no aparecer en los medios, simplemente no existe. Es aquí en donde, principalmente las editoriales independientes y los gestores de autoediciones, deben volcar su mirada a los medios digitales de difusión para dar a conocer su trabajo.
¿Van a desaparecer los críticos y editores literarios? Estos personajes juegan, según mi parecer, un papel fundamental en estos nuevos tiempos. La masificación y multiplicación de las posibilidades de acceso a los medios digitales, acarrean el problema de hacer muy difícil para el usuario común diferenciar las perlas de la arena, el papel de la crítica literaria, y del editor interesado en descubrir la novedad, el aporte valioso de lo que se escribe en la red, será fundamental en el rescate de lo que se debe conocer.
Para los interesados pego los videos de las presentaciones:
- Nuevas herramientas
Gutenberg tras la red-
Introducción de Pablo Odell -
Gutenberg tras la red - 2o día- Gutenberg tras la red - 3er día