09 julio 2010

Chileno gana premio literario en España


Se entregaron los premios literarios de la ciudad de Sant Andreu de la Barca (Cataluña, España) que organiza desde hace 11 años el Fórum Gaspar de Preses y el ayuntamiento de Sant Andreu de la Barca. El premio tiene dos categorías, cada una en castellano y en catalán: relato corto y poesía. Se recibieron 362 obras provenientes de Cataluña, España, otros países europeos y desde Latinoamérica. El poeta chileno José Pablo Jofré fue uno de los 4 ganadores (modalidad poesía en castellano), mientras el resto fueron: el vasco Ignacio Villagrán (relalato corto en castellano), Pere Font (relato corto en catalán) y Juan Carlos González (poesía en catalán).

José Pablo Jofré (Santiago de Chile, 1974), recibió también la Mención de Honor del premio Lagar 2009 (La Serena, Chile), por el poemario ‘Abecedario’ publicado en la antología ‘Anda libre en el surco’ (SALC, Chile 2009) y ha participado en los talleres de narrativa corta dictado por el novelista ecuatoriano Leonardo Valencia y de poesía en Aula de Escritores, en Barcelona. Es licenciado en periodismo (Universidad Diego Portales) y ha realizado estudios de postgrado en comunicación en la Universidad Autónoma de Barcelona, antropología cultural en la Universidad de Chile, y literatura comparada y teoría de la literatura en la Universidad de Barcelona; ciudad donde reside actualmente.

LA DANZA DE LA EXISTENCIA
José Pablo Jofré

El baile de las mariposas borrachas
comienza lento y alegre,
rítmico, en el devaneo existencial,
dulce, en el pendular de la cintura.
En círculos asimétricos, desfigurados,
concentradas en una coreografía multicolor, tomadas de las manos,
las mariposas giran y giran; ríen ahora,
diabólicas, extasiadas,
rotundas en su paso desequilibrado,
en su incapacidad para volar.
Desteñidas lentamente de tanta opulencia cromática,
Sus alas de insecto decorativo
saltan del color que encandila
a una pobre opacidad.
Las mariposas brincan ahora,
sin soltarse las manitas quebradizas,
como queriendo volar,
con la sonrisa desfigurada.
El maquillaje se les va desgastando bajo la lluvia,
y a menos color: más euforia,
a menos pintalabios: más sonrisa,
y al gris de las alas: más movimiento histriónico.
El baile se vuelve un griterío sordo,
primero al unísono, luego multitudinario;
los círculos giran y giran,
y las mariposas ya son sólo esqueletos.
Saltando desesperadas,
poseídas por su propio delirio,
con sus alas grises semitransparentes;
sus cuerpos de insecto no resisten el movimiento.
Sus pobres bracitos se rompen.
Las manos cogidas intactas en el suelo.
Las delgadísimas alas explotan en polvo galáctico.
El baile se congela en la muerte dulce y eterna del silencio.