19 noviembre 2006

Con Heredia por Matucana


Conozco a Ramón Díaz Eterovic desde los comienzos de letras.s5.com, siempre generoso, fue uno de los primeros colaboradores con la página, incluso en un acto de audacia me atreví a entrevistarlo allá por el 2002.

Luego nos hemos encontrado en actividades literarias, lanzamientos, lecturas, y siempre conversamos un poco. Porque con Ramón se puede conversar de todo, del trabajo, de tangos, de los hijos, de nuestros sueños. Escritor lleno de premios y reconocimientos en Chile y el extranjero, traducido a los idiomas más increíbles, no se encuentra en él ni una pizca de egolatría ni ostentación, su trato es sencillo y amable con quien se le acerque.

Es sabido como los seguidores de Heredia, el gran personaje de sus novelas, visitan los lugares y bares que éste frecuenta en sus aventuras, así sus lectores descubren rincones del Santiago más oculto, ese que poco a poco va desapareciendo, sin que nos demos cuenta, y que Heredia nos muestra con nostalgia.

Coincidimos con Ramón en la presentación del último libro de Juan Mihovilovich, "El contagio de la locura". Luego caminamos por calle Matucana, en fresca tarde de viernes, delante nuestro, su mujer, la escritora Sonia González y el también escritor Diego Muñoz, unos cuantos pasos más atrás, nosotros, vamos conversando de cuentos y revistas perdidas, de pronto Ramón se detiene y se queda observando en silencio unos mosaicos multicolores que adornan un edificio antiguo, se acerca para observarlos mejor y me comenta lo bonitos que son, se devuelve unos metros para leer en el frontis y saber de que edificio se trata "...es una escuela", me dice con su curiosidad ya satisfecha, luego seguimos conversando.

En ese gesto de Ramón yo entendí muchas cosas: ahí estaba su maravillosa capacidad de asombro y hallazgo, talento que le permite ver donde otros sólo miramos, de indicarnos la belleza de una calle en donde nuestra rutina y ceguera sólo ve un muro gris.