16 noviembre 2012

Conversaciones con Manuel Rojas, de Daniel Fuenzalida

De todas sus creaciones, la preferida de Manuel Rojas era el poema "Deshecha rosa", y no "Hijo de ladrón", que hubiera seguido corrigiendo. La que menos le agradaba era "La ciudad de los Césares", escrita a la rápida y publicada como folletín.

Fue el poeta José Domingo Gómez Rojas quien lo impulsó a escribir versos. "El anarquismo no sólo me llevó a la literatura, sino también a la cárcel", declaró Manuel Rojas en una de las varias entrevistas que le hicieron en 1957, cuando ganó el Premio Nacional de Literatura.

Editado por el investigador Daniel Fuenzalida, con prólogo de Jaime Valdivieso, "Conversaciones con Manuel Rojas" contiene valiosos juicios del escritor chileno acerca de su propia obra, así como de la opinión que tenía de sus contemporáneos (le gustaban Guillermo Atías y Carlos Droguett) y los autores que lo impresionaron: Dostoievski, Tolstoi, Baroja, Faulkner, Melville, Hudson...

Aunque "hablar no era ni es su habilidad", como escribió su amigo González Vera, el autor de "Hijo de ladrón" hace afirmaciones directas, francas, sin pose ni cálculo.

Reveladora es su conversación con Antonio Avaria ("Árbol de Letras", 1968) en la que apoya la Revolución Cubana a la vez que descarta la vía armada para Chile. Es una de las mejores piezas del libro junto con las de Jaime Concha, Luis Domínguez y Hernán Lavín Cerda, la más política de todas.

Julianne Clark, la última esposa del Rojas, proporcionó al compilador desconocidas entrevistas que el autor dio en Cuba y México. En tanto que Jorge Guerra, presidente de la Fundación Manuel Rojas, aportó un texto publicado en Buenos Aires en el que el escritor evoca su infancia en Argentina.

Pedro Pablo Guerrero
El Mercurio, Lunes 12 de Noviembre de 2012.