11 julio 2012

Tomas Tranströmer, Premio Nobel de Literatura. Por Omar Pérez Santiago.


Señor director:
El poeta sueco Tomas Tranströmer, nuevo premio Nobel de Literatura, es un honor para la poesía. Lo oí leer sus poemas, por vez primera, en la ciudad de Malmö, en el año 1987. He traducido varios de ellos, por vocación y gusto.
Tranströmer tiene sus raíces en el movimiento tardío surrealista de los años 50, con sus amigos Lasse Söderberg, Lars Forsell y Sun Axelsson. Desde la publicación de su primer libro, 17 poemas, en el año 1954, la crítica fue positiva y el poeta se convirtió en un poeta de la naturaleza, del misterio de la vida, de la sutil y difusa línea entre la realidad, el sueño y la música.
Tranströmer conocía la poesía de Mistral y de Neruda. También había escuchado sobre los escritores chilenos de la generación del 50, especialmente, Jorge Teillier, que ha sido traducido al sueco por sus amigos de juventud, Axelsson y Söderberg.
Tranströmer fue criado por su madre sola, la maestra de escuela Helmy; cuidado por su abuelo materno, Carl Helmer Westerberg, en los días del verano, mientras cazaba mariposas y escarabajos. Protegido por el inmenso amor de su mujer, Mónica, cuando Tranströmer, a los 59 años, no pudo hablar ya más, por un grave accidente cardiovascular.
¿Sabía el poeta lo que iba a pasar? ¿Era el poeta un anticipado?
Un ataque de hemiplejía lo dejó mudo. Tranströmer lo había escrito muchos años antes en uno de sus poemas. Sospecho que los escritores suecos tienen temor de escribir salmos. Por pudor nórdico.
Borges soñaba con ser recordado como un escritor de salmos: un escrito anónimo que todos leemos sin conocer a su autor.
Como este verso de Tranströmer:
"No te avergüences de ser persona. Sé orgulloso".
La inmortalidad. A eso está llegando Tomas Tranströmer.
Omar Pérez Santiago
Escritor

Cartas al Director, La Tercera 19 de octubre 2011.