26 febrero 2008

Un enredo de esos


Un verdadero aluvión de mensajes llegó a mi correo a raíz de la carta de Rodrigo Rojas, director de la escuela de Literatura de la UDP, publicada por El Mercurio.com el 11 de febrero. Ésta, titulada "Mapuche", confundió con su ironía a los lectores, trastocando absolutamente la idea que tuvo en principio su autor. Publicamos la carta y su aclaración.

El Mercurio.com Lunes 11 de Febrero de 2008
Cartas
Mapuche
Señor Director:
Gracias al señor Villalobos me entero de que los mapuche no existen; perdón me expresé en mapuzungun, quise decir los araucanos. ¿En qué minuto sucedió? Seguramente fue por su capacidad de adaptación, tanto que les gustó el caballo, el hierro y ahora la internet y el Partido Separatista Vasco. Todas éstas son señales de que ha desaparecido su cultura. Por supuesto, sólo la nuestra, la cultura dominante, ese vástago casi occidental, tiene el privilegio de imitar al mundo industrializado y de cambiar para adaptarse sin perder su identidad. Lo sospechaba, pero no me atrevía a decirlo. Ahora que lo afirma alguien que goza de la autoridad conferida por los cartapacios de la educación formal, lo puedo repetir: el mapuche no existe.

Los libros publicados en esa lengua (en ediciones bilingües) son nada más que una moda étnica de autores como Leonel Lienlaf, Elicura Chihuailaf, Jaime Huenún, Jacqueline Canihuán, Adriana Paredes Pinda, entre muchos. Un albañil de Cerro Navia, David Añiñir, un día se levantó por la mañana y decidió convencer a sus padres, emigrados de reservaciones indígenas, de que él era mapuche. También fingió frente a sus vecinos que era un peñi, y ellos también venían fingiendo hace dos o tres generaciones, desde que instalaron su campamento en la periferia de Santiago-waria. Qué descaro, a ese albañil se le ocurrió escribir poemas con palabras mapuches incrustadas y al mismo tiempo declararse punk (¡un mapunky, imagínense!). Su libro Mapurbe también debe ser un capricho, y gracias a las tranquilizadoras palabras del señor Villalobos sabemos que habla de algo que no existe.

Rodrigo Rojas
Director Escuela de Literatura, UDP


Espero aclarar el enredo.

La nota siguiente corresponde a una carta enviada al blog donde escribe el poeta David Añiñir, autor con quien ya he hablado por teléfono y con quien hemos aclarado todas las dudas acerca de mi posición acerca de la (las) causa (s) de lucha mapuche.

El doble filo de la ironía.

He seguido de cerca la polémica surgida a raíz de la columna de opinión publicada en en El Mercurio por Sergio Villalobos a principios de febrero, entre otras cosas señala que producto del mestizaje ya no sería posible afirmar que existen mapuches. La verdad es que esta aseveración me indignó, puesto que la considero etnocentrista y que reduce a lo mapuche a una esencia inmutable (definida desde la academia, enclaustrada en un concepto de raza pura, cromozomático y no cultural ) y que cuyo destino es eliminar una identidad, puesto que la congela en el tiempo y todo cambio u adaptación sería una prueba de su desaparición. Soy un lector atento de un conjunto de poetas mapuche de gran nivel y cada uno de ellos (y de ellas también) escribe desde distintas experiencias culturales y niveles de dominio del mapudungun.

Uno de ellos, quizás uno de los autores de mayor potencia expresiva, es el poeta David Añiñir, autor del libro "Mapurbe". Después de leer la columna aludida, escribí una carta bastante irónica, en la cual me burlaba de la posición del Sr Villalobos que de un plumazo declara que no existe el pueblo araucano (ni si quiera autoriza la palabra mapuche). En la carta destaqué entre los autores al poeta Añiñir, como un mapunky, que es tanto una poética como un tipo de mestizaje que el mismo acuñó y que a mi juicio, no es menos mapuche que sus peñi de antaño, sin embargo a mi no me compete, a nadie en realidad, juzgar quien es más o menos mapuche. En mi carta quise entregar una breve lista de autores que demuestran que lo mapuche, en términos literarios, históricos y sociales, es mucho más complejo de lo que quiere ver la historia oficial.

Lamentablemente la carta nunca fue publicada en El Mercurio impreso, por lo que debo asumir que Villalobos no la leyó y, para doble ironía, el propio lenguaje irónico de mi carta fue mal interpretado por David Añiñir. Asumo parte del error, cuando se quiere defender una posición es mejor usar un lenguaje frontal, que no se preste a equivocaciones. Las lecturas literales que se han dado a mi carta me preocupan, especialmente porque se trata de un tema que llevo estudiando por varios años y me ubican en contra de la causa (las causas)de una nación con la cual me siento particularmente comprometido. Escribo entonces esta segunda carta como una forma de explicitar mi posición y poder discutir sobre argumentos e ideas que de verdad se me pueden imputar.

Rodrigo Rojas
Director Escuela de Literatura UDP

15 febrero 2008

El Horroroso Cementerio Chile


"Vayan a ver cuántos Miguelitos hay en la población", dice a los periodistas la madre de un delincuente de 14 años que, a pesar de su corta edad, luce un profuso prontuario por robos y asaltos. La mujer vive sola, tiene siete hijos más y ese mismo día también había sido detenida por robo otra de sus hijas. "Vayan a ver cuántos Miguelitos..." una invitación a conocer esa otra realidad, la cruda, la dolorosa, la que padecen millones de chilenos en un país que luce record mundial en desigualdad.

Son miles los Miguelitos que pasan el día parados en las esquinas de las poblaciones, sin futuro, sin posibilidad alguna de romper el círculo horroroso de la pobreza y la frustración, marginados y discriminados son fácil presa de las drogas y el delito. Mis padres aún viven en la población de Puente Alto en que nací, el mismo odiado Puente Alto del poeta José Angel Cuevas, el mismo añorado Puente Alto de nuestra niñez, del poeta Luciano Diaz. En la esquina en donde está mi casa paterna no es necesaria la luz de los postes en la noche, la esquina se ilumina con los fogonazos de los drogos fumando pasta base y yerba. Son estos los Miguelitos que alcanzan presencia y notoriedad en los medios a través de sus delitos, peligrosos para la sociedad, transformados en cifras, números utilizados con fines políticos, mezquinos, por un lado y otro. Los utilizan también los medios, la televisión y sus reportajes sobre los narcos, las bandas juveniles, el submundo poblacional. Luego sólo farándula, la risa estúpida de la televisión, el saturar los diarios y programas con la tontera, invadir y anestesiar los hogares chilenos con la estupidez y la liviandad. Esto no puede ser casualidad, esto debe obedecer a una política planeada, esto busca la absoluta erradicación de cualquier posibilidad de crítica ante los que nos toca vivir, esto es concertado. ¿Cuántos Mozart se pierden en las esquinas de las poblaciones de Chile? ¿Cuántas Primeras Bailarinas se drogan en las esquinas de las poblaciones sin calzar jamás sus zapatillas de ballet? ¿Cuántos jóvenes pobladores entierran sus adorados sueños en el Horroroso Cementerio Chile?

11 febrero 2008

Cultura y Mercado


El suplemento Artes y Letras de El Mercurio trae este domingo una entrevista a dos páginas, hecha por Óscar Contardo, al nuevo integrante del directorio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes por los cuatro años siguientes, representante de la Cámara del Libro, Pablo Dittborn Barros. Este nombramiento provocó el rechazo de las editoriales independientes agrupados en la Asociación de Editores de Chile, quienes mediante una carta pública dirigida a la presidenta de la república manifestaron su molestia.

Dittborn niega haber dicho alguna vez "la mejor política del libro es no tener política del libro", tal como lo señala dicha carta, además asegura contar con total independencia en sus decisiones y no ser representante de una transnacional, a pesar de su cargo de director general de Random House en Chile. Hombre de gran experiencia en el mundo editorial, cuenta con una importante red de contactos, tanto del mundo de las comunicaciones como político, que le permite un fluido desplazamiento en el mundo de los negocios.

Durante la entrevista continuamente se refiere a términos como "mercado", "ajustes", "márgenes de ganancia" y recomienda a las editoriales independientes, a quienes acusa indirectamente de lloronas, criticonas y reclamonas, de darle el palo al gato consiguiéndose los derechos de un best seller, que les puede "cambiar la vida forever". Grafica el dato contando diversos ejemplos de editoriales extranjeras, algunas con dueño chileno, que consiguieron el éxito con títulos como "Harry Potter" en castellano, "Quién se ha robado mi queso", o el "El Código Da Vinci".

Pienso en la poesía. Hay cosas que dan escalofrío.

07 febrero 2008

Mariconadas literarias


Continúan las repercusiones tras las "viriles" declaraciones del escritor Germán Marín en contra del fallecido Volodia Teitelboim. Recordemos que mientras los restos de Volodia eran trasladados tras fallecer este viernes 1 de febrero en la Clínica de la UC hasta el ex Congreso Nacional, se imprimía a todo dar en los talleres del diario La Tercera el suplemento Cultural que traía la entrevista de Andrés Gómez a Marín, en la cual este califica a su ex compañero comunista con delicatessen como: cobarde, mariconazo, perro faldero, mediocre...

Llama la atención la inquina y el rencor acumulado que se trasluce en toda la entrevista, prefiero pensar en capítulos desconocidos, sucedidos seguramente en el exilio, luchas de poder, renuncias, traiciones, conflictos, rabias acumuladas por tantos años, llenaron de odio a Marín y lo llevaron a realizar el vil acto de hablar tan mal de un muerto al que recién están acomodando en su cajón.